Cómo alcanzar la excelencia en tu salón de belleza, o spa
¿Quieres alcanzar la excelencia en tu salón de belleza, o spa? Antes de todo necesitas definir qué significa “excelencia” para ti, y en qué consiste.
Todos tenemos una percepción diferente de la excelencia. No hay dudas que algunas personas se conformen con menos resultados que otras, así que, antes de todo, tienes que tener una idea realística de lo que puedes esperarte de tu salón, y de los resultados que has obtenido hasta este momento.
Si consideras que haya una diferencia muy grande entre los resultados reales y tus expectativas, ha llegado la hora de actuar. Pero, ¿qué hay que hacer realmente para mejorar? ¿Cómo puedes darte cuenta si te estás acercando a ese nivel de excelencia que tienes en tu mente? Vamos a verlo a continuación.
1) Piensa en grande…muy en grande: Alcanzar la excelencia tiene que representar un desafío. No importa lo bien que lo estés haciendo en este momento. Aunque pienses que tu salón haya alcanzado el máximo nivel de calidad y resultados que pueda permitirse, siempre es posible ir más allá y mejorar. El truco está en establecer objetivos realísticos, pero ambiciosos. ¡Piensa en grande!
2) Alcanzar la excelencia no va a ser pan comido: El camino a la excelencia está lleno de obstáculos y desafíos. Para llegar a la meta se necesita salir de la zona de confort, cambiar el sistema de trabajo, poner en dudas todas las decisiones tomadas hasta este momento. Si en calidad de líder eres capaz de compartir tu visión de excelencia, tu equipo te seguirá y trabajará para llegar exactamente dónde tú quieres.
3) La excelencia bajo todos los aspectos: La mejor manera de alcanzar la excelencia en general es la de cuidar todos los aspectos de tu negocio. Atención al cliente extraordinaria en fase de “check in” y “check out”. Atención telefónica impecable. Calidad del servicio extraordinaria. Comunicación eficaz. Gestión excelente. Todos, y cada uno de estos elementos contribuye al nivel de excelencia que llegarás a alcanzar. Recuerda que “la excelencia” tiene que ver con todo, y todos.
4) La importancia de un único sistema de trabajo eficaz: Un sistema de trabajo eficaz es importante si se quiere mejorar los resultados de un negocio. Sin embargo, en un salón de belleza es más complicado mantenerlo bajo control. Cada uno de los empleados del salón puede tener una idea diferente sobre cómo es mejor hablar con el cliente, ofrecerle el servicio, etc.
Desafortunadamente, estas diferencias pueden ser perjudiciales para el negocio. Para alcanzar la excelencia es necesario remar todos en la misma dirección. Si cada uno utiliza un sistema de trabajo diferente, el cliente no se sentirá identificado con el salón en general, sino con el estilista que le suele ofrecer el servicio. Si se va el estilista, el cliente le seguirá. Como líder de tu salón tienes que cuidar este aspecto. Crea un sistema de trabajo único que funcione, y transmítelo a tus empleados. A continuación, asegúrate en cada momento que el sistema de trabajo se siga a pie de la letra.
5) La importancia de la práctica: Ser un gran estilista o un masajista experto tiene que ver con la práctica. Cuanto más practiques, mejores resultados conseguirás. Este punto tiene que ver muy de cerca con la excelencia.
Aprender a ser un buen líder también es cuestión de práctica. Aprende de tus errores, mejora cada día en todos los aspectos de la gestión de tu negocio. Nunca se acaba de aprender. Hay propietarios de salones que tienen la presunción de saberlo todo sobre el negocio, de no tener nada nuevo que aprender. Créenos si te decimos que se equivocan.
6) La excelencia no se pretende, se inspira: Aquí es donde tus habilidades como líder se hacen aún más importantes. Si eres el líder de tu negocio, y pasas la mayor parte del tiempo desconectado de tu equipo, no podrás llegar nunca a la excelencia. La excelencia es el resultado de un trabajo constante y en equipo. No puedes pretender la excelencia; la tienes que inspirar.
Sé siempre honesto acerca de los niveles de calidad de tu trabajo y del de tus colaboradores. Fíjate un objetivo en este sentido y trabaja para alcanzarlo. Comunícalo a tu equipo, sé un punto de referencia para tus colaboradores, motiva, inspira y hazlo constantemente. Cuando se trata de alcanzar una meta en términos de calidad, no pueden existir compromisos. ¿Aceptas el desafío?