¿Cómo gestionar el abandono de los empleados de tu salón de belleza, o spa?
Cuando uno de tus empleados decide dejar el salón, se puede crear una situación muy incómoda en la que el mismo se siente en derecho de llevarse consigo todos los clientes que ha servido hasta ese momento.
La perspectiva del propietario de un salón de belleza es diferente: piensa sobre todo en el dinero, esfuerzo y tiempo que ha invertido para formar ese empleado y a la dificultad de reemplazarlo. Al mismo tiempo, piensa que los clientes adquiridos a lo largo del tiempo son propiedad del salón, y no del empleado que ha decidido seguir por su cuenta.
Los empleados vienen y van en todos los sectores, pero en este tienen la extraña expectativa de poder “robar” a los clientes que confían en ellos, al momento de dejarlo.
Si crees no merecer este trato por parte de los trabajadores que deciden dejar el salón y empezar su propio negocio, tienes que aprender cómo gestionar el abandono de los empleados. A continuación te dejamos algunas reflexiones que tendrías que tomar en cuenta a la hora de enfrentarte a esta posibilidad.
1) No eres un área de servicio: Conseguir el título, encontrar un salón donde trabajar y formarse, conseguir experiencia, conocer a muchas personas…y dejarlo. Tu salón de belleza representa una oportunidad para el empleado y no un área de servicio donde quedarse un tiempo, hasta estar listos para seguir otro camino. Es una responsabilidad no sólo hacia el negocio, sino también hacia los demás miembros del equipo. ¡Déjalo bien claro desde el principio!
2) Cada uno recoge lo que siembra: Si un empleado quiere dejar el salón para abrir su propio negocio, lo puede hacer. Sin embargo, aprovechar la situación para llevarse consigo los clientes, es algo inaceptable. Esas personas se darán cuenta que, en calidad de propietarios de su salón, podrían ser víctimas del mismo trato por parte de sus trabajadores. Si juegas sucio, los demás se sentirán en derecho de jugar sucio contigo.
3) Ser honestos: Un empleado es libre de dejar el salón para perseguir su sueño: alquilar un local y montar su propio negocio. Todos lo hemos hecho en su momento, pero lo importante es mantener la dignidad y ganarse el respeto de quién confió en nosotros al principio. Llevarse consigo la experiencia es suficiente. Este es un punto que tendrías que dejar muy claro a tus colaboradores.
4) ¿Alquilarles una zona de tu salón?: ¿En serio? Existen modelos de negocio híbridos, que se basan en alquilar una zona del salón al empleado que ha decidido seguir por su cuenta. Eso no pasa a menudo en España, pero en otros Países sí. La idea que está a la base de este modelo es la posibilidad de mantener el estilista en el salón, aunque ya no sea un dependiente.
En general, podría parecer una buena solución. Sin embargo, no es viable y beneficiosa a largo plazo. Los beneficios que puedas conseguir a través del alquiler de una zona de trabajo son mínimos si los comparamos con los de la persona que alquila la zona de trabajo. No sólo tiene un lugar donde llevar a cabo su actividad; se aprovecha también de la reputación de tu salón de belleza. Este sistema hibrido tiene un valor muy limitado para ti. ¡No caigas en la trampa!
Si ya te has encontrado en una situación parecida, ha llegado la hora de volver a pensar en tu modelo de negocio. Considera con atención tu cultura empresarial. Si está pensada de manera que los empleados puedan fácilmente irse y llevarse consigo a los clientes, tienes que pasar a la acción de inmediato.
Intenta transmitir a tus empleados cada día una cultura de trabajo en equipo, honestidad y lealtad hacia tu salón de belleza. Es posible que un día uno de tus empleados quiera empezar su propio negocio, pero no se sentirá en derecho de meter manos a la base de datos de clientes, no apenas le estés dando la espalda. A veces, el hecho de ser víctimas de personas deshonestas depende de nosotros mismos, y de lo que les hemos enseñado.