Crisis en nuestro salón de belleza: ¿qué la provoca y cómo salir de ella?

A veces tenemos que enfrentarnos a periodos de crisis en nuestro salón de belleza y al abandono de nuestros mejores empleados que no quieren hundirse junto al barco.

Años de duro trabajo se ven comprometidos y nos sentimos perdidos, asustados, inseguros sobre cómo enfrentar la situación. Son justo estos momentos que nos hacen replantear nuestra idea de negocio: ¿ha llegado la hora de cerrar las puertas? ¿Tenemos que volver a trabajar por cuenta ajena?

¿Qué puede haber causado esta situación y cómo es posible recuperarla? Aquí van algunas consideraciones sobre el tema.

1. Cuando el propietario es el primero en abandonar…Tener un negocio no es siempre fácil. La constante necesidad de gestionar el equipo, gestionar las finanzas del salón, los recursos humanos, ocuparse del marketing etc. hacen surgir inevitablemente la peligrosa pregunta: “¿Vale la pena todo el esfuerzo? SEÑAL DE PELIGRO: Cuando empiezas a percibir tu negocio como un peso, y no como una maravillosa oportunidad, te transformas en el líder que nadie quiere tener y por el cuál no es necesario esforzarse en calidad de empleado. Eso no hace que poner en marcha el “efecto mariposa” que lleva al abandono de tu equipo.

2. Cuando las expectativas remplazan el aprecio…¿Qué te ha hecho pensar que tus empleados hubieran siempre sido felices y productivos sin un correcto liderazgo de tu parte? Si no eres capaz de apreciar el trabajo de tus empleados y reduces todo a números, acabas enfocándote únicamente en los objetivos económicos. SEÑAL DE PELIGRO: Cuando las expectativas remplazan al aprecio, la cultura empresarial de tu salón se tiñe de negro. Nada es lo suficientemente bueno. El aprecio es un don muy sencillo, pero extremadamente poderoso: puede llevar una persona a dar lo mejor de sí misma. ¿Por qué un empleado tendría que dejar un negocio dónde el aprecio es el valor más importante?

3. Cuando el propietario está demasiado ocupado entre bastidores… Los propietarios de salones que no trabajan nunca en contacto con el público y sus empleados se perciben como ausentes. Son el equivalente del capitán de una nave que la dirige desde el cuarto de máquinas, en lugar que desde el puente principal. SEÑAL DE PELIGRO: Si te has reconocido en esta descripción, ha llegado la hora de aplicar un cambio importante a tu rol dentro de la empresa. Es aconsejable trabajar un par de días a la semana ocupándote personalmente de los clientes; de esa forma estarás mucho más presente y transmitirás la motivación que tus empleados necesitan para dar el máximo rendimiento posible.

4. Cuando el miedo frena la acción…Cuando evitas tomar decisiones importantes para tu salón, por miedo a las posibles consecuencias, te metes en un callejón sin salida. SEÑAL DE PELIGRO: Cuanto más procrastines en tomar decisiones, más te acercas al inevitable abandono de tu equipo, que buscará nuevos desafíos y motivación en otro lado. Déjate de miedos y actúa.

5. Tiempo de redescubrir tu empresa… Hay propietarios de salones de belleza exitosos que acaban cayendo a lo largo del tiempo en errores fácilmente evitables. Se centran en los éxitos de los demás, en un concepto de “el césped de mi vecino es más verde que el mío” y pierden el contacto con la realidad, llevando a cabo una mala gestión de su negocio. Si tu esfuerzo se centra en aceptar las derrotas en lugar que conseguir victorias, tienes que cambiar algo. SEÑAL DE PELIGRO: en la mayor parte de los casos, la mejor oportunidad para el propietario de un salón de belleza es la de la cual intenta escaparse. Si te das cuenta que estás cavando un hoyo en lugar de ganar terreno, te aconsejamos de hablar con un coach que sabrá enseñarte el mejor camino para salir de esta crisis empresarial y, en cierto modo, personal.

Una crisis en nuestro salón de belleza nunca es fácil de aceptar y asimilar; el abandono de tus empleados, sobre todo si masivo, demuestra lo duro y destructivo que puede llegar a ser. Sin embargo, estos abandonos siempre son consecuencia de problemas internos a la empresa. El propietario puede sentirse víctima, pero siempre tiene su parte de responsabilidad.

¿Y tú? ¿Crees que ha llegado el momento de cambiar algo en tu organización?

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